Reseña: Confeti de odio – Tragedia Española

  • Lanzamiento
    24/04/2020
  • Género
    Indie nacional
  • Discográfica
    Snap! Clap! Club

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¡Escúchalo!

El madrileño Confeti de Odio (Lucas Vidaur) vuelve para presentarnos un segundo álbum que necesitábamos, Tragedia Española. Lo necesitábamos porque, en este encierro, el desamor (propio y respecto a los demás) es un tema recurrente. Pero, un poco de pop, por favor, señores.

Sentimiento parecidos a los que ya sentimos con «Llorar de fiesta«, su primer EP, pero en los que se adivina cierta evolución. Dice de sí mismo:

«Tragedia española, como el Sueño Americano pero mal. Como la Tragedia Griega pero actual. Es egoísta, es pretencioso, es sincero y es desmedido. Es todo lo que quería hacer en el momento que lo hice y es una foto de cómo soy y espero no avergonzarme en un futuro. No son himnos. No es una declaración de intenciones. Son sentimientos de un niño que se maneja regular en el mundo.

Muchas gracias a Juan por el trabajo de medio año en el estudio dándole vida a éstas canciones. A CH por el sonido y el entusiasmo y a todo el equipo que me consiente y me soporta. Espero que lo disfrutes y que te diga algo.»

El Juan del que habla es Juan Pedrayes (Carolina Durante, Axolotes Mexicanos) que interviene en la producción de este álbum, al igual que lo hizo en el ya citado Llorar de fiesta.

Este Tragedia Española comienza con unos acordes de piano (Todo muere) que ya nos ponen meláncolicos y una frase «Todo muere, todo muere, epidemia universal, todo muere, todo muere si no estás. Morirán todos los americanos, no habrá nada en televisión…» sólo con esta frase parece que la canción haya sido escrita en plena cuarentena. Te revuelve y te hace pensar en muchas cosas, no sólo en estos días.

Termina y llega Muchísimo, algo más rock, con un sonido de guitarras que nos recuerda por un momento a Los Planetas, pero que se vuelve dramáticamente pop. Una de nuestras favoritas de todo el disco.

Triste de verdad comienza con unos acordes que nos transportan a la música italiana (Come prima, Abbronzatissima, Il tuo mondo…) una oda (irónicamente) a la tristeza y el desamor. «Seguiré intentando darte lo que ni yo mismo tengo». Una balada pop-rock exquisita.

Encontramos el que, sin duda, es el título más positivo de todo el set: Dale una oportunidad al amor. Le sigue Ansiedad (has vuelto a mí), inseguridad, complejos, resignación, desamor propio… y una llamada de amor a otros incomprendidos: «el infierno es más fresco a tu lado».

Una de las canciones que más nos toca la fibra sensible es la siguiente, Minuto de ruido. Amor moderno, crudo y real: «porque el arte no me importa, ni los discos, ni la ropa. Sólo con sentirte cerca siento que puedo dormir. Y es que el resto a mí me sobra, ni las guerras ni las drogas van a hacer que me parezca que sin ti puedo vivir.»

Tras este final siguen Todas las guillotinas van al cielo y Última Visita al Hospital. Esta última también es de nuestras favoritas. Voz y guitarras acústicas que narran una historia de hospital, de amor de nuevo, de familia, de sentimientos, recuerdos y realidad, mucha realidad. «Y cuando me case ¿quién subirá a hablar y si me divorcio ¿quién me va a aguantar?. Prometo no volver jamás a este hospital.»

Esto se acaba con Mi funeral y hablamos de muerte, de final. ¿Si pudieras decidir cómo será tu funeral?. Teclas y guitarras, con un toque pop ochentero y una sentencia final «Pues ya te veré en mi funeral».

Así termina este Tragedia Española de Confeti de Odio.